En el verano de 2010 se produjo un punto y aparte en la vida de uno de los mejores extremos izquierdos del planeta. Valero Rivera Folch, que había pasado por la Liga Asobal sin destacar, decidió hacer las maletas e irse a Francia, concretamente a Nantes, lugar donde se ha convertido en un jugador referencia que ya se ha colado entre los máximos goleadores históricos de la LNH. Con 29 años, y en el mejor momento de su carrera, hace balance en HandStation de lo que han sido estos 12 años desde que debutó en el primer equipo del FC Barcelona.
Está ante su quinta temporada en el HBC Nantes, donde ha brillado a un nivel altísimo desde la primera. Adaptado a este balonmano desde el primer día, ¿se puede decir que es un ‘francés’ más en la LNH?
Sí. La verdad es que desde que llegué todo el mundo me dio facilidades para adaptarme. Este es mi quinto año y estoy como en casa. Venirme a jugar a Francia ha sido la mejor decisión de mi vida.
¿Qué le llevó a tomar la decisión de dejar la Liga Asobal para probar suerte en Francia?
Varios factores influyeron en esta decisión. Una de ellas fue el apellido, yo creo que no estaba valorado como merecía en España. Creo que todo el mundo me miraba pensando que era el hijo de Valero Rivera y se fijaba en quién era en lugar de ver lo que yo hacía. Además, en mis últimas temporadas estuve en Vigo y Algeciras, donde tuve problemas de impagos, y venir a Francia me daba seguridad económica para mí y para mi familia. En aquella época la Liga Asobal era mejor de lo que es ahora pero acerté de pleno porque en los siguientes años todos han querido salir.
¿Y no le costó tomar esta decisión por el hecho de irse a un equipo donde no iba a tener ningún apoyo español dentro del vestuario?
Es cierto que no había ningún español en el HBC Nantes, pero yo ya conocía a Seufyann Sayad, que había jugado en el Teucro, y me ayudó muchísimo sobre todo porque hablaba español. No me costó tomar la decisión porque yo quería salir fuera. Salió esta oportunidad y no me lo pensé.
Posteriormente llegaron al club dos hombres como Borja Fernández y Jorge Maqueda. Supongo que cambia mucho el tener compañía española. ¿Es así?
Claro, cambia muchísimo. Además, Borja y Maqueda son grandes amigos míos. De todos modos, para la adaptación, para conocer bien el idioma, creo que me vino bien estar solo el primer año.
Viendo sus números en España y en Francia el cambio ha sido radical. En España no llegó a destacar y en Francia ya ha sido mejor jugador de la liga, mejor extremo izquierdo en dos ocasiones y está entre los máximos goleadores históricos de la LNH (686 goles en 112 partidos). ¿Qué ha cambiado del Valero Rivera que dejó la Liga Asobal al Valero Rivera de la actualidad?
Cuando llegué aquí cambié un poco el físico, adelgacé un poco y eso me ha ayudado. Pero sobre todo creo que la confianza que me han dado en el club ha sido fundamental para mi progresión.
Desde que llegó a Francia ha sido un jugador destacado en el HBC Nantes y desde los primeros minutos se ganó el cariño del público. ¿Estará eternamente agradecido al Nantes por la oportunidad que le dio?
Por supuesto. Ellos fueron los que apostaron por mí. Sobre todo el entrenador, Thierry Anti, que es el que me conocía, y fue el que confiaba en mí. Estoy súper agradecido a este club y solo tengo palabras de halago para Nantes.
Ahora que ya ha triunfado en el balonmano, si echa la vista atrás, ¿qué cree que pasó para que no triunfara en España?
Realmente no lo sé. Es cierto que era más joven. Igual tendría que haber trabajado más físicamente. Entonces la Liga Asobal era mucho más dura y creo que si hubiera trabajado un poco más físicamente hubiera estado arriba. En Algeciras y en Guadalajara, en Plata, tuve confianza y estuve bien.
¿Le hubiera gustado triunfar en la Asobal?
Sí, claro. Me hubiera gustado mucho triunfar en el FC Barcelona, que es mi club. Es donde crecí, es mi ciudad. Pero aún así no me arrepiento de todos los cambios que he hecho.
¿Descarta volver a España en el futuro?
Nunca hay que descartar nada. Por el momento ni me lo planteo. Aún me quedan tres años en Nantes y estoy muy bien en Francia.
¿Le cuesta verse en otro sitio que no sea Nantes? ¿No le gustaría probar en otra liga fuerte como la Bundesliga?
Sí. ¿A quién no le gustaría jugar en la Bundesliga? Pero como digo, en Nantes he encontrado la estabilidad que buscaba. Mi familia está muy bien aquí, me valoran y juego bastante. No puedo pedir más.
Su primera convocatoria con la selección española llegó cuando su padre era el seleccionador y ambos recibieron muchas críticas a pesar de que ya había sido elegido mejor jugador de la LNH por delante de jugadores como Nikola Karabatic y Jerome Fernandez. ¿Cree que fue maltratado por la opinión pública?
No sé si diría maltratado. Pero ya me lo esperaba. Cuando subía al primer equipo del FC Barcelona ya me pasó todo esto. En aquella ocasión sufrí mucho porque era más niño y realmente lo pasé mal pero ahora no. Sabía que había hecho méritos para ir a la selección y confiaba en mi juego. Está claro que importa lo que digan pero me he creado una coraza para no escuchar las cosas malas y solo coger lo positivo.
Hablábamos de los aspectos negativos que tiene ser el hijo de un hombre como Valero Rivera pero supongo que también tendrá muchas cosas positivas el poder crecer con un padre que es el entrenador del ‘Dream Team’ del FC Barcelona y uno de los personajes más importantes del balonmano español, ¿no?
Está claro que tiene muchas ventajas. Con un padre que sabe tanto de balonmano es más fácil mejorar. Cada vez que le pido consejo sobre algo me dice cómo debo hacerlo y esto ayuda muchísimo. Pero también te digo que a lo largo de mi trayectoria en el balonmano ha tenido más inconvenientes que ventajas tener el padre que tengo. Eso sí, él me ha ayudado muchísimo y sin él no podría haber llegado a donde estoy hoy.
En el Informe Robinson sobre el balonmano Valero Rivera dijo que el Mundial 2013 fue inmejorable. Ganó el Mundial con España, en Barcelona y con su hijo en la pista. ¿También acabó la final con esa sensación?
Sí, fue algo maravilloso. Allí estaba toda mi familia, todos mis amigos, mi padre como entrenador, yo jugué bastante… Fue algo que nunca olvidaré.
En aquella final, en la que España barrió a Dinamarca, le salió un muy buen partido. Además de la alegría por ganar el oro, ¿también hubo cierta satisfacción personal por haber demostrado en un partido tan importante lo buen jugador que es?
Me salieron las cosas bien. La verdad es que cuando el árbitro pitó final sentí como una liberación. Mi padre y yo lo pasamos muy mal por diversos comentarios y aquel fue un premio tremendamente grande.
En aquellos momentos donde lo pasaron mal supongo que será de gran ayuda que estuvieran uno al lado del otro para apoyarse, ¿no?
Si hubiera estado solo uno de los dos hubiera sido mucho peor seguro. Siempre que estamos juntos nos apoyamos.
En los últimos meses, probablemente años, he escuchado más de una y más de dos veces ha gente decir que le has callado la boca. ¿Le alegra que haya convencido con su juego a la gente que le criticaba?
La verdad es que me hace ilusión. Yo no recrimino a nadie. Seguramente la gente me conocía por lo que había hecho en España y evidentemente no era el mismo jugador. Me alegro de que se hayan dado cuenta de que no solo soy el hijo de Valero Rivera y es algo que me ilusiona para seguir mejorando.
En el próximo Mundial de Qatar, España se enfrentará a los anfitriones. En ese partido se podría ver las caras con un muy buen amigo suyo como es Borja Fernández y con su padre. ¿Cómo afrontaría ese partido?
Ese partido va a ser uno de los más raros de mi vida. Si finalmente entro en la convocatoria de la selección española será un encuentro muy extraño. Borja además de ser amigo mio es el padrino de mi hijo. Enfrentarme a mi padre y al padrino de mi hijo es algo que nunca he hecho y será cuanto menos curioso.
Centrándonos en la LNH, el HBC Nantes es un equipo con poco recorrido en la elite del balonmano francés. Tan solo lleva siete temporadas en la LNH, pero su crecimiento ha sido muy acelerado. Después de queda cuartos la pasada temporada y después de jugar la final de la EHF Cup hace dos temporadas, ¿qué objetivos os marcáis?
Nos exigimos clasificarnos para Europa pero no queremos quedarnos ahí, a todos nos gustaría jugar la EHF Champions League. Tenemos que ser muy regulares y ganar prácticamente todo en casa, no podemos dejar escapa puntos como los del pasado miércoles ante el Chambéry Savoie. Además, aunque sea muy difícil también nos marcamos el objetivo de ganar algún título.
Estando al nivel al que está, siendo uno de los mejores extremos izquierdos del mundo. ¿Tiene entre ceja y ceja poder jugar la Champions League cuanto antes?
Sí, tengo muchas ganas de jugarla, estoy deseándolo. Pero tenemos que ir poco a poco. El HBC Nantes es un equipo muy joven que está haciendo las cosas muy bien. Personalmente tengo muchísimas ganas de jugar la Champions porque es donde te puedes enfrentar a los mejores equipos.
Esta temporada volvéis a jugar la EHF Cup, competición donde jugasteis la final hace dos temporadas. ¿La afrontáis con el deseo de quitarse la espina clavada de haber perdido en casa aquella final ante el Rhein Neckar Löwen?
Estamos con muchas ganas con esta competición. Es verdad que hemos tenido mala suerte con los cruces porque nos ha tocado Füchse Berlin pero seguro que ellos habrán dicho que han tenido mala suerte con el sorteo. Tenemos muchas ganas de ganar esta competición. Hace dos temporadas perdimos la final, la pasada caímos en cuartos contra el Montpellier y veremos qué pasa este año, en el que ya somos el único equipo francés que queda en la competición.
Para terminar me gustaría que hablaremos un poco de su lado más personal dentro del balonmano, para que le puedan conocer mejor. ¿Quién era su ídolo cuando era pequeño?
Yo crecí en Barcelona y por aquel entonces el FC Barcelona tenía al mejor extremo izquierdo del mundo, Rafa Guijosa. Jugando de extremo y en las categorías inferiores del FC Barcelona era imposible que no fuera tu ídolo.
Y ahora, ¿quién es el extremo izquierdo que más le impresiona?
Hay muchos extremos de mucha calidad pero para mí el mejor es Uwe Gensheimer. Es un tío que puede meter goles desde donde sea y está siempre concentrado al 100%.
Para terminar, una jugador de una efectividad tan alta como es su caso, ¿tiene cruzado a algún portero?
Siempre digo que no hay que tenerle miedo a ningún portero y no diría que tenga a uno cruzado. El único podríamos decir es Arpad Sterbik. En los entrenos de la selección espectacular. Cuando se pone a parar desde los extremos… Bueno, realmente cuando se pone a parar desde todas las posiciones es impresionante.
Edu Agulló | @Eduagullo