Víctor García ‘Pillo’ | @VictorG_Pillo
Con el nuevo formato de 32 equipos instaurado por la IHF suelen producirse este tipo de partidos desiguales, feos, desagradables para el equipo en teoría superior. Se afrontan casi como un mero trámite en el que tienes poco que ganar (exclusivamente los 2 puntos) y sí mucho que perder a nivel de sensaciones, confianza y autoestima, que a menudo suelen dejar heridas de cara al futuro.
Evitar esas “heridas” debe ser objetivo prioritario, tanto del cuerpo técnico como de los jugadores. Restear rápido las malas sensaciones sin profundizar más allá de valorar la victoria conseguida. Creo que tanto unos como otros son veteranos en estas lides y expertos en gestionar este tipo de situaciones.
Se hace necesario hacer un buen ‘feedback‘ de lo ocurrido para evitar que se vuelva a producir en el partido del próximo lunes con la Republica de Irán, de similares características al jugado este sábado con Chile. España no hizo buen partido, en ningún momento estuvo cómoda y sufrió más de lo previsto ante un equipo que jugó a su máximo nivel, quizás enrabietado por la derrota ante Irán en un partido que tuvieron prácticamente ganado a 5 minutos del final. Por contra España entró en el partido con la resaca de la importante victoria ante Montenegro, que le había dejado en la mano la clasificación para la Main Round (ya conseguida) con 4 puntos (esto habrá que confirmarlo el lunes).
La selección de Jordi Ribera entró un tanto fría en el encuentro, motivo que aprovechó Chile para ponerse por delante en el marcador. El partido de España, discreto como comentaba anteriormente, vivió de buenas rachas en las que se manifestó la diferencia entre ambas plantillas. La primera de estas rachas llegó más o menos en el ecuador de la primera parte, cuando un parcial de 5-0 le dio un respiro a España, que ya veía como ponía tierra de por medio.
Lejos de ser ese acelerón que iba a acabar con los sueños chilenos, la selección de Etxaburu volvió a aprovechar los vaivenes españoles para volver a situarse a 1 solo gol de desventaja.
Otra de los buenos momentos españoles llegó en el momento ideal, evitando que Chile entrase en partido en los últimos minutos del encuentro. La selección chilena, ya en el último cuarto de hora de partido, tuvo un ataque para ponerse a solo 2 goles pero fue en este momento, tras un robo de balón de Agustín Casado cuando se desencadenó un parcial de 8-2 que sirvió para cerrar este feo partido.
Lo mejor del partido, el regreso de Joan Cañellas.