Comienza la Champions, arranca el show de la mejor competición del mundo a nivel de clubes. Y en esta edición habrá más espectáculo que nunca. Más partidos y más exigencia desde el primer día, algo que, con toda seguridad, no habrá gustado mucho a los jugadores.

Esta temporada estrenamos formato en la VELUX EHF Champions League y esto supondrá, en definitiva, más diversión para el espectador y más desgaste, mucho más, para los jugadores, los verdaderos protagonistas de este espectáculo.

Si la temporada pasada un equipo que quisiera levantar el título, como finalmente hizo el FC Barcelona, tenía que disputar 16 partidos, en esta edición el equipo campeón podría llegar a jugar hasta 20 partidos. Siete más que el campeón de la UEFA Champions League y cuatro menos que el campeón de la Euroliga. Aunque en este último caso, el Real Madrid, último campeón, podría haber llegado hasta los 25 partidos (cinco más que la EHFCL) si hubiera ido al quinto partido en la serie de cuartos de final.

Más partidos y mayor desgaste. Desde septiembre a mayo los jugadores no van a parar y se van a estar jugando las abichuelas desde el primer día. Si en pasadas ediciones había partidos de la fase de grupos donde los equipos top podían repartir minutos entre toda su plantilla y dosificar esfuerzos, esto es prácticamente imposible con el nuevo formato.

Todos los grandes equipos de Europa están repartidos en solo dos grupos y eso significa que veremos partidos dignos de la Final4 en todas y cada una de las 14 jornadas que componen la fase de grupos. Por poner un ejemplo, el THW Kiel de Joan Cañellas, que ya se desgasta mucho jugando en la exigente Bundesliga, se tendrá que enfrentar en la primera ronda de la EHF Champions League al MVM Veszprém, actual subcampeón de Europa; al SG Flensburg-Handewitt, campeón de Europa en 2014, y al PSG Handball de Nikola Karabatic y Mikkel Hansen. Además, deberá viajar a pistas tan complicadas como la del PPD Zagreb, donde la pasada temporada solo ganó el FC Barcelona; la del Orlen Wisla Plock, en la pasada edición en esta pista perdieron equipos como el Barcelona, Vardar o Flensburg, Celje PL, donde la pasada temporada perdió Rhein Neckar Löwen y hace dos el propio THW Kiel, o Besiktas. En definitiva, 14 horas de esfuerzo para empezar una Champions League donde uno no se puede relajar ni un solo instante.

Si generalmente la pelea por quedar lo más arriba posible en la fase de grupos era encarnizada, pues era muy atractivo evitar un duro enfrentamiento en el Last16, este año la lucha será mayor, pues el premio para el líder de los grupos A y B es muy tentador. Evitar los octavos de final es un regalo muy valioso para los dos líderes, eliminar dos partidos de este cargado calendario puede ser importante para las siguientes rondas de la competición.

Por otro lado, los equipos de los grupos C y D tendrán una fase de grupos donde pueden pensar en luchar cada partido. Eso sí, no se verán las caras con los mejores jugadores del mundo, que siempre gusta aunque las opciones de ganar sean mínimas. Además, aquellos equipos que sueñen con llegar lo más lejos posible en la competición lo tendrán muy complicado, pues para estos 12 equipos alcanzar el Last16 será casi una tortura. Deberán quedar entre los dos mejores de su grupo y posteriormente pasar una eliminatoria, es decir, la criba es total pues de estos 12 equipos solo dos alcanzarán los octavos de final.

Así se presenta una nueva edición de la Champions League, que estrena formato quizás en el año menos apropiado. A esta mayor carga de partidos y a esta mayor exigencia habrá que sumarle el Europeo de Polonia, el Preolímpico que deberán jugar muchas selecciones y los Juegos Olímpicos para todas aquellas selecciones que consigan billete para Rio. Es decir, a los jugadores les espera un año de locura. Por eso nos preguntamos, ¿se verá en Colonia y en los Juegos Olímpicos, nuestro mayor escaparate, el mejor espectáculo posible?

Edu Agulló | @Eduagullo