Era un pecado cumplir un año de existencia sin que hubiera pasado por la web. Cuando hablamos de Juan Carlos Pastorestamos hablando, sin duda, de uno de los mejores entrenadores del mundo, que se dice pronto. Seleccionador español durante aquel Mundial de Túnez que jamás olvidaremos, historia viva de un club tan grande como fue el BM Valladolid, y ahora conquistador. La crisis económica le hizo volar a Hungría y allí ha conquistado a la afición del Pick Szeged a base de buen juego y títulos. Si la temporada pasada se llevó la EHF Cup, en ésta está siendo una de las sensaciones de la EHF Champions League y, tras cargarse al todopoderoso Rhein Neckar Löwen, ya ve en el horizonte el sueño de Colonia.
Acaba de eliminar a uno de los mejores clubes de la Bundesliga y, por consiguiente, de Europa. ¿Cómo se siente uno después de superar con tanta claridad a un equipo tan fuerte como el Rhein Neckar Löwen?
Rhein Neckar Löwen llegaba muy bien a la eliminatoria, acababa de eliminar al THW Kiel en la copa. Es cierto que había perdido contra el HC Vardar, pero aquel partido no lo jugaron ni Bjarte Myrhol ni Gedeón Guardiola. Sabíamos que la ida era muy importante. Ellos en el SAP Arena son muy fuertes, en las últimas dos temporadas solo ha perdido contra el Kiel, el Vardar y contra nosotros. Al final nos salió bien, nosotros teníamos muy claro que la clave estaba en el primer partido porque si ellos allí te meten ya no hay eliminatoria.
¿Dónde estuvo la clave de la eliminatoria?
Les sorprendimos. Yo creo que no esperaban que estuviéramos a ese nivel. Es cierto que no veníamos de hacer buenos partidos pero habíamos tenido muchos problemas con lesiones, enfermedades y sanciones. El sorteo nos vino bien para despertar y por suerte despertamos.
Tras una victoria tan importante, ¿uno tiene tiempo de saborearla o en esta locura del balonmano (el martes jugaron en Balatonfuredi) uno no puede disfrutar de los resultados?
Sí, ese es el problema. Ayer martes ya tuvimos que viajar casi cuatro horas para jugar un partido donde nos pegaron mucho. Pero yo siempre le digo a los chavales que saboreen la dinámica que llevamos. Por ejemplo, hoy (miércoles) tenemos día de descanso y les digo que disfruten porque habrá semanas en las que no podremos descansar ni el domingo, por mucho que aquí no esté muy bien visto entrenar los domingos.
Durante la eliminatoria del Last16 le dio un baño táctico a su rival, ¿cuántas horas lleva preparar una eliminatoria de esta magnitud?
No sé, no se puede cuantificar. Hemos visto muchos vídeos, hemos preparado mucho esta eliminatoria. Nosotros empezamos a prepararla mucho antes de la semana previa. Mis jugadores vieron un montaje del Rhein Neckar Löwen 10-12 días antes del partido. Desde un principio dijimos que íbamos a intentar ser maduros y aprovechar los partidos previos para preparar la eliminatoria. Contra Oroshazi y contra Csurgoi (partidos previos a la ida) preparamos la defensa que íbamos a utilizar contra el Rhein Neckar Löwen. Aunque había momentos que no había que utilizar esa defensa sabíamos que nos vendría bien para la eliminatoria. Nosotros siempre tenemos que adaptar nuestro juego al equipo contrario.
Una vez que tenía analizado al rival, ¿fue muy difícil preparar el partido, encontrar el camino para derrotarles?
El Rhein Neckar Löwen hace un balonmano muy particular y teníamos que prepararnos mucho para poder ganarles. Nunca juegas contra un equipo que te defiende de una manera tan individualizada ni tan arriba. Por ejemplo, la defensa del Kiel es la misma estructura pero muy distinto funcionamiento. La clave está en dedicarle mucho tiempo a la eliminatoria. Confeccionar el camino que debemos seguir en cada partido y luego hacerlo, repetirlo, repetirlo y hacerlo. Tenía que hacerles creer que con esto que estábamos preparando podíamos ganarles.
Ahora, para preparar los cuartos de final, ¿el trabajo será parecido?
Sí, será parecido. El problema es que tenemos el partido contra Veszprém en medio. Ahora jugamos contra Tatabanya, luego Veszprém, y antes del partido contra el Kiel jugamos contra Oroshazi, que es fuera de casa pero muy cerca de Szeged. Como en el Last16, habrá mucho vídeo. Si generalmente hacemos dos sesiones de vídeo con cada partido, preparando el Rhein Neckar Löwen hicimos tres sesiones a la semana. Y sesiones largas, las mías no son de 20 minutos, son sesiones que sobrepasan la hora. Nosotros le ofrecemos al jugador todos los detalles y toda la información de lo que puede ocurrir en el partido. Por ejemplo, para preparar esta eliminatoria haríamos 6-7 montajes. Luego, a mayores, a los porteros les damos más partidos.
Con tanto estudio de la eliminatoria es más fácil sorprender a un equipo tan fuerte como Rhein Neckar Löwen, ¿no?
Yo creo que ellos no piensan en que hasta el último partido, contra Minden, lo tenemos y lo analizamos.
¿Se nota mucho en la pista todo el trabajo de estudio que se ha hecho previamente?
Sí, considero muy importante ver hasta el último partido. Por ejemplo, contra Minden (partido de la Bundesliga que se jugó entre la ida y la vuelta) Groetzki hizo dos vaselinas. Contra nosotros la repitió y Sierra se la paró. Cualquier pequeño detalle te puede hacer mejorar. Es importante analizar y ofrecerles la información a los jugadores pero también es imprescindible llevarla a cabo en la pista y entrenarlo, que los jugadores vean que esto es así. Nosotros adaptamos nuestro sistema, trabajamos para defender en 5:1 y siempre cumpliendo unas premisas dentro del sistema que creamos para jugar contra el Rhein Neckar Löwen. La segunda semana también preparamos el 6:0 porque sabíamos que probablemente tendríamos que bajar la defensa. En estos partidos necesitas ser muy disciplinado y nuestros jugadores estaban muy mentalizados.
Luego, también hemos preparado muchas otras situaciones que no se han visto porque no se han dado y no las hemos necesitado. Por ejemplo, si teníamos que atacar con portero-jugador, si nos presionaban a medio campo…
Con el Pick Szeged, la pasada temporada eliminó al Füchse Berlin en la Final4 de la EHF Cup (se jugó en Berlin) y esta temporada se cargó al Rhein Neckar Löwen. Ahora le espera el THW Kiel. ¿Se ha hecho en un especialista en derrotar a equipo alemanes?
Bueno, en Valladolid ya perdí unos cuantos. Vamos a ver. Lo importante es preparar bien el partido e intentar ganar en casa, de la diferencia que sea, porque estamos hablando de ganar al Kiel, que viene de derrotar al Flensburg en la ida y en la vuelta. En cada defensa, en cada ataque, tenemos que ser disciplinados y constantes. Estamos con mucha ilusión, el pabellón estará lleno y la atmósfera será impresionante. Habrá momentos duros pero habrá que estar al 100% en cada jugada.
Ya lleva más de temporada y media en Hungría. ¿Cómo ha sido la adaptación?
Lo más complicada ha sido en lo personal. Mi familia no está aquí y no es fácil por mucho que mi mujer venga cada mes y yo vaya cada vez que puedo. Aún así estoy muy contento, en el club me tratan muy bien.
En lo deportivo, ¿ha sido complicado implantar su sistema de juego?
Hay jugadores que llevan conmigo 5-6 meses y no es fácil. A ellos al principio les costaba mucho. Aquí son jugadores muy fuertes que están acostumbrados a un balonmano muy físico. Cuando llegué y nos fuimos a Serbia al campamento de verano a los pivotes les hacían ipones. Esa fuerza es buena pero hay que sacarla para la táctica. Es cierto que aquí, en la liga húngara, es así y tenemos bastantes problemas porque a veces hay lucha libre en la defensa contra el pivote. Hay partidos en los que perfectamente podría haber 5 tarjetas roja y no sacan ninguna. La clave para aplicar nuestro sistema de juego estuvo en ganar al Veszprém. Al ver que las cosas funcionaban, los jugadores ya se ven obligados a entrar por el aro. Marko Krivokapic les decía desde el principio: “este es el menú y no penséis que va a a cambiar. Según cada jugador va a haber un menú un poco más individualizado pero este es el menú. Hay que hacerlo y vosotros confiar en que las cosas van a salir.”
¿Cuánto han ayudado los jugadores españoles y todos aquellos que venían de la Liga Asobal?
Ayudan mucho. Tanto los españoles como jugadores como Jonas Kallman. La llegada de Jonas fue muy positiva para que vieran que traíamos a un jugador importante, que podía defender de avanzado. Niko Mindegia al principio también fue muy importante desde el punto de vista del central, necesitábamos un jugador que supiese lo que queríamos hacer. También nos ayudó mucho Jonas Larholm, que sabía español y desde diciembre le salieron muy bien las cosas.
¿Cómo se llevan el día a día desde el punto de vista comunicativo?
Toda esta gente que sabía hablar castellano ayudó mucho desde el principio. Luego también trabajamos mucho las señas. Además, hay jugadores como Dean Bombac, que habla italiano, y que cuando le hablo un poco lento me entiende perfectamente. También les ayuda el contexto, cuando les menciono una determinada jugada, es más fácil que entiendan lo que les pido.
Desde que llegó al Pick Szeged, ¿nota que se empiece a hablar castellano en el vestuario?
Sí, hay algunos jugadores que están hablando español. Hay muy poca gente que no me entiende nada. Es cierto que hay unos 5 húngaros que no entienden castellano pero Marko (Krivokapic) les va traduciendo.
Como siga unos cuantos años más en Szeged todos acabarán hablando castellano.
Bueno, paso a paso. Ahora tengo contrato hasta el 2016, con opción hasta 2017. Ellos están contentos conmigo y yo con ellos. A mi lo que me importa es el proyecto deportivo. El único problema que tenemos aquí es que si nosotros crecemos, el Veszprém crece exponencialmente.
¿Fue muy duro el hecho de tomar la decisión de dejar la Liga Asobal?
En España ya no podía estar más, incluso me tenía que haber ido antes. No lo sé. Lo que yo no quería era dejar mi club, pero en el último año todo era muy complicado. Para mi lo importante siempre es lo deportivo. Y yo allí ya no tenía proyecto.
Ya hablamos de lo deportivo, pero, en cuanto a estructuras de club y a la competición, ¿hay mucha diferencia entre España y Hungría?
Sí, mucha diferencia. Nosotros tenemos mucha gente trabajando en el club, y Veszprém todavía más. Aquí son profesionales, son gente que se dedica a esto. Lo cual es muy positivo porque yo solo me tengo que dedicar a entrenar. En cuanto al aspecto competitivo, los equipos son bastante respetuosos con los que jugamos Europa y hay mucha flexibilidad para poner los partidos. Además, tenemos mucho apoyo des las televisiones. Aqui el fútbol no es un deporte exitoso y eso se nota. En Hungría los deportes más importantes son el balonmano y el waterpolo.
En estos cuartos de final de la EHF Champions League habrá cinco entrenadores españoles. ¿Qué significa esto? ¿Es el triunfo de nuestro balonmano?
Cada entrenador tiene su estilo de juego, pero sí, se puede decir que está triunfando la escuela española. Yo desde muy joven he aprendido de todos. Como todos, he aprendido mucho de técnicos españoles como Bárcenas o Juan de Dios Román. Y luego siempre me gustó mucho aprender de entrenadores extranjeros. Siempre estudié mucho a Constantini, a entrenadores rusos, suecos, a entrenadores de la escuela yugoslava….
Quizás nosotros hemos marcado un estilo, con la defensa de disuasión, teniendo menos exclusiones, con el juego creativo… Luego, individualmente, uno va aprendiendo mucho de las situaciones que se va encontrando. Por ejemplo, con esta eliminatoria contra el Rhein Neckar Löwen he aprendido, me ha permitido mejorar mi sistema de juego. Ahora mis jugadores ya saben lo que hay que hacer ante ese tipo de defensas.
Sin duda que estemos cinco entre los ocho mejores no es casualidad. Es cierto que tres de los cuatro grandes favoritos a la Champions League están entrenados por españoles. Pero esto también tiene su mérito, hay que saber llevar a esos superequipos. En el Last16 hemos tenido hasta 7, sin duda es un éxito del balonmano español y hay que seguir. Yo creo que todos queremos seguir trabajando y si no hay en España pues nos tendremos que ir fuera.
Y ahora, en la Final4 pueden ser 4 de 4
(Se ríe) Para eso tengo que ganar yo. (un pequeño silencio) Bueno, yo creo que siempre hay una sorpresa, yo creo que los cuatro grandes no van a estar en Colonia. Afrontaremos la eliminatoria con mucha ilusión y trabajeremos mucho para poder estar en la Final4.
Hace 10 años, con usted en el banquillo, España ganó su primer Mundial. El balonmano en España de la actualidad poco o nada tiene que ver con el de aquella temporada, ¿no?
Hace 10 años, quedábamos quintos con Valladolid y era un éxito. Barcelona, Ciudad Real y Portland San Antonio estaban entre los mejores de Europa. Y luego estaba León y nosotros. Y vete tú a jugar a Aragón o a cualquier pista. La gente no se iba porque lo tenía todo en casa. Ahora que no lo tenemos nos tenemos que ir. Lo más importante para mi es lo deportivo, está claro que va ligado a lo económico, pero para mi lo deportivo es lo que más me marca. A mi Europa me da la vida, siempre me ha gustado las eliminatorias y para mi esto es un placer, estoy compitiendo y disfrutando.
Edu Agullo | @Eduagullo