Víctor García ‘Pillo’ | @VictorG_Pillo

Típico partido inaugural de campeonato importante.

Los 2 equipos timoratos, con muchas dudas, con la tensión propia de un debut en unos JJOO, sin la confianza, “alegría” y vivacidad propia de nuestro deporte.

En el caso de España, el fantasma del partido inicial con Croacia en el último europeo, sin duda, rondaba en todas las cabezas.

En este contexto el 1º tiempo fue deficiente por parte de los 2 equipos, pero sobre todo de España. A ambas selecciones se les veía mucho más cómodas en defensa, ambas refugiándose en el grupo cerrado y compacto de su defensa 6:0; más profunda la ‘Hispana’, sobre todo en zona de segundos, y mucho más en bloque cerrado y compacto de los eslovenos.

Serdio y Migallon ocupaban la zona central defensiva en tanto que Garciandia y Dani Dujshebaev se ubicaban en la zona de segundos.

Ambos ataques salieron con una 1ª línea con potencia de lanzamiento: Dani Dujshebaev; Tarrafeta y Garciandia por los hispanos y Mackovsek, Bombac y Dolenec por Eslovenia. Lo cierto es que no debió gustarle la puesta en escena de su ataque a Zorman porque a los pocos minutos “sentó” al cañonero Mackovsek dando entrada a otro jugón (no exento de capacidad de penetración y lanzamiento), el del Aalborg, Aleks Vlah. Mantuvo esta idea de ataque, prácticamente, durante todo el partido.

A los 2 equipos le costaba hacer gol, muchos errores, ataques largos, sin ideas y poco combinativos. Paupérrimos los números que presentaban los nuestros: 8 goles de 21 lanzamientos para un 38% (especialmente flojo los 3 de 12 en lanzamientos de 9 metros). Y un poco mejores los eslovenos 11/19 lanzamientos para un 58%. La eficacia de Bombac desde la línea de 7 metros 5/5, fue su arma de ataque más segura.

El segundo tiempo se inició con un cambio en el concepto de juego de España que finalmente resultó decisivo: le metió una marcha más al partido de manera que a base de robos de balón (hasta 13 perdidas tuvieron los eslovenos) y las paradas de Pérez de Vargas que al minuto 50 llevaba 13 paradas para un 48%; consiguió correr y llevar el partido a una situación de máxima velocidad en la que nos movemos como pez en el agua. Un parcial de 0-2 enjugó el 8-11 al descanso.

Este nuevo “aire” del partido dotó al equipo de una mayor agresividad defensiva que por momentos acogotó al ahora timorato y con dudas ataque rival. Sus pérdidas de balón se convertían en goles de contra (hasta 7 de España por 0 de Eslovenia) y ya jugábamos a placer, con ventajas en el marcador, que sino decisivas, permitieron llegar a los últimos minutos con cierta tranquilidad, impensable a la vista del juego desarrollado en la primera mitad.

En mi opinión el análisis de este partido no debe hacerse en función del nivel de juego mostrado, sino en el hecho de haber superado la dificultad que supone todo partido inicial de los grandes campeonatos. Nos ha servido para desprendernos del corsé para afrontar los próximos partidos (de mucha más exigencia) con la tranquilidad de que, salvo hecatombe, los ¼ de final están asegurados.