Aunque la siguiente historia no comparta el hilo argumental de la galardonada película de Hayao Miyazaki sí que podríamos decir que sus guiones comparten un mismo género cinematográfico, el fantástico. Además ambas historia parten de una misma situación, las vida les obliga a cambiar de ciudad.
Ambos relatos comparten género, pues hace unos años sería tildado de fantasía el hecho de que un jugador español, ante la la ausencia de recursos económicos de la Liga ASOBAL, tuviera que lanzarse a la aventura de la liga japonesa, una competición singular en la que Víctor Hugo López ya es uno de los focos de atención.
Si nos remontamos más de una década podemos recordar cómo la liga japonesa contempló los inicios de un entrenador que hoy en día es una referencia mundial. En el año 2000 Dagur Sigurdsson fichaba por el Wakunaga Hiroshima con un contrato como entrenador-jugador. Por aquel entonces la liga japonesa también tenía el orgullo de contar con la presencia del francés Stéphane Stoecklin, mejor jugador del mundo en 1997, que con solo 30 años decidió dejar el balonmano europeo para fichar por el Honda Suzuka.
Stoecklin venía de ser medalla de bronce en el Mundial de Japón 1997 y tras ser máximo goleador de la Bundesliga en la temporada 1997/98 no pudo rechazar la oferta millonaria que le doblaba el sueldo que tenía en GWD Minden (en Japón ganaría cerca de 300.000€). Tras ellos se cerró el mercado europeo.
Tras aquella época el primer jugador europeo que viste la camiseta de un equipo japonés es el andaluz Víctor Hugo López, que tras su paso por la Bundesliga y la liga catarí, ha comenzado la aventura japonesa en las filas del Toyoda Gosei. “Ahora, después de varios años, se ha vuelto a abrir la liga y esta temporada estamos jugando un pivote coreano y yo. Somos los únicos extranjeros”, nos cuenta el lateral derecho español que nos cuenta cómo surgió la posibilidad de aterrizar en una liga exótica como la Japan Handball League. “Toyoda Gosei tiene sedes en Europa y un entrenador que tuve en Alemania, en TV Großwallstadt me dijo que estaban buscando un lateral derecho. Al principio me sorprendió y ni me planteaba irme a Japón pero desde el principio ellos mostraron mucho interés, me demostraron ser gente muy seria y eso fue lo que terminó por convencerme.”
Sorprende que Víctor Hugo nos comente que su equipo tiene sedes en Europa y sí, es cierto, pues la liga japonesa no es una competición al uso, como las que conocemos en el viejo continente. Aquí los clubes son potentes empresas que en su organigrama cuentan con un equipo de balonmano. “En esta liga todos los equipos pertenecen a empresas, lo cual está muy bien porque a nivel organizativo son estructuras profesionales. Por ejemplo, mi equipo, Toyoda Gosei, es una empresa del grupo Toyota que tiene 35.000 trabajadores. Gracias a esto todos los clubes y la propia competición funcionan muy bien.” De hecho, tal y como nos explica, está conociendo un balonmano completamente distinto, en el que los jugadores, a pesar de ser profesionales no se dedican únicamente al balonmano. “Aquí somos pocos los jugadores que nos dedicamos exclusivamente al deporte. Por lo general todos los jugadores trabajan en la empresa, con horario reducido. Esto les da estabilidad y es difícil que cambien de equipo.”
“Los japoneses hasta que acaban la universidad no se plantean jugar al balonmano. Cuando ya tienen la carrera reciben la llamada de una empresa y ya sí que piensan en jugar de una manera más o menos profesional. El hecho de que los jugadores estén vinculados a una empresa hace que haya pocos fichajes. Es más importante el trabajo que el balonmano”, explica un Víctor Hugo cansado por haber jugado 3 partidos en 6 días. Aunque aún no conoce la razón, en la liga japonesa hay algunas semanas en las que encadenan partidos el domingo, jueves y sábado. Una paliza de la que ha salido con unas pequeñas molestias en la rodilla. A pesar de que desconoce el motivo de estas semanas de locura reconoce que es una competición muy bien organizada, en la que desde el primer día conocen la fecha y horario de todos los partidos.
Víctor Hugo, que en las mejores épocas de la Liga ASOBAL vistió las camisetas de equipos como el BM Valladolid o el Naturhouse La Rioja, llegó a disputar con España el Mundial 2009 (tiene 15 internacionalidades). Tras su paso por el TV Großwallstadt y el al-Quiyada recibió la llamativa propuesta del Toyoda Gosei, que aunque de primeras fue vista con recelo le acabó llevando a realizar el ‘viaje de Chihiro’. Tras 3 meses en Nagoya, ciudad donde juega su nuevo equipo, el malagueño aun se encuentra aprendiendo el endiablado alfabeto japonés, que cuenta con cerca de 2000 kanjis, pero eso no está siendo un motivo para no adaptarse a su nueva vida. “Me lo están poniendo muy fácil. Desde que llegué me han ayudado en todo. Aquí necesitas siempre a alguien porque no entiendes nada de la documentación y poca gente habla inglés. Por suerte en el equipo tenemos un traductor que viene a los entrenamientos y me ayuda en todo. En el vestuario me tengo que comunicar como los indios (se ríe). En mi equipo solo saben hablar inglés el entrenador y un extremo derecho que jugó en Dinamarca. El resto, palabras contadas. No es lo mismo pero con el traductor nos manejamos bastante bien”, explica la nueva estrella de la liga japonesa, que también reconoce que sí que ha aprendiendo las palabras básicas en japonés para entenderse dentro de la pista con sus compañeros.
Y no solo el lenguaje marca la diferencia, sino que en lo puramente deportivo las diferencias con el balonmano europeo también son sustanciales. La primera gran diferencia la encontramos en el físico de los jugadores. Si bien en la Bundesliga Víctor Hugo era un jugador más bien normal, en la liga japonesa, con su 1.96m es el segundo jugador más alto de la competición. “Por peso y altura soy un jugador completamente distinto. Por suerte yo defensivamente no sufro demasiado ante jugadores pequeños y rápidos, ya que estoy acostumbrado a jugar con la anticipación. Quizás me incomoda más el ataque por el hecho de que la mayoría de las defensas son presionantes y me defienden muy arriba.”
Y no solo en el físico se diferencia el balonmano europeo del asiático, pues como se evidencia en cada Mundial o en cada Juegos Olímpicos los equipos coreanos o japoneses desplegan un juego veloz, con defensas abiertas, que poco tiene que ver con lo que estamos acostumbrados a ver en Europa. “El juego es muy diferente. Los jugadores son más pequeños y más rápidos. Pero dentro de mi equipo el trabajo táctico es diferente a otros. Nuestro entrenador es el segundo de Japón con Antonio Carlos Ortega y estamos trabajando mucho en base al estilo de juego español. En este sentido es todo muy cómodo para mi.”
Al igual que ocurre por toda Europa vemos cómo el estilo de juego español va ganando su terreno por todo el mundo y el Toyoda Gosei no es una excepción, por eso a Víctor Hugo, que compartió vestuario con dos grandes entrenadores como Juan Carlos Pastor y Jota González, es una voz más que autorizada dentro de su equipo. “Los japoneses son gente muy respetuosa y valoran mucho que haya un jugador europeo que quisiera venir a su liga. Valoran mucho mi opinión, me preguntan por tácticas y me tienen mucho en cuenta. Tanto entrenadores como jugadores están locos por copiar cosas del balonmano europeo. Vemos muchos vídeos de Europa. Desde que coincidí con Pastor me he interesado mucho en la táctica y ellos son muy abiertos a escuchar opiniones diferentes. Este equipo tiene la intención de crecer.”
Japón, que ya mira de reojo los Juegos de Tokio 2020, ha comenzado su crecimiento. La clasificación para el Mundial de Francia 2017 es el más claro ejemplo. Con un español como Antonio Carlos Ortega han conseguido un billete mundialista que no poseían desde 2011 (desde Japón 1997 solo estuvieron en Túnez 2005 y Suecia 2011). Esto puede hacer que de en el camino hacía la próxima cita olímpica se vaya abriendo el mercado europeo en la liga japonesa, en la que solo pueden jugar 2 jugadores no japoneses por equipo.
El lateral derecho español, tras muchos años de ausencia extranjera en la Japan Handball League, ha derribado un muro que podrían atravesar en los próximos años más jugadores pues está demostrando que los jugadores europeos pueden dar un salto de calidad a los equipos japoneses. El Toyoda Gosei acabó sexto clasificado la pasada temporada y en el presente curso, tras 8 jornadas ya es segundo y ha conseguido derrotar al vigente campeón.
De manera incierta emprendía el viaje Víctor Hugo pero al contrario que Chihiro, no se ha encontrado sorpresas desagradables, de las que precisamente huyen los jugadores españoles al abandonar la Liga ASOBAL. Así, con la experiencia de los primeros meses tiene claro que su futuro no pasa por España. “Volver lo descarto totalmente. No me apetece volver. Me gusta ver la Liga ASOBAL y la sigo a diario pero no me planteo volver. Yo firmé por una temporada y no sé que deparará el futuro pero de momento aquí estoy muy a gusto.”
Edu Agulló | @Eduagullo
Fotos | jhl.handball.jp