Víctor García ‘Pillo’ | @VictorG_Pillo
Sin llegar a la excelencia de otros campeonatos, los hispanos, en mi opinión, han jugado el mejor partido de estos JJOO. Lo triste es que no fue suficiente para doblegar a una selección alemana que nos ha superado en algunas facetas del juego que (sobre todo en los partidos igualados) suelen ser determinantes en el resultado final.
.- Aportación de la portería. Estelar actuación de David Späth, con tan solo 22 años fue decisivo en la victoria de su equipo.
El portero del Rhein-Neckar Löwen es, sin duda, el de más futuro del balonmano mundial. Tal debe ser la confianza de Gislason en su joven portero, que no dudÓ en sentar a la gran estrella del equipo, Andreas Wolff para darle a Späth 44’ decisivos de juego en los que aportó 13 paradas de 36 lanzamientos, firmando un sensacional 36% de eficacia.
Sus números fueron muy superiores a los de los hispanos, que firmaron un discreto 27%. Dato determinante en un partido con marcador tan igualado.
.- Falta de eficacia en momentos decisivos.- Quizás esta portentosa actuación de Späth tenga causa de la deficiente eficacia de nuestro ataque en los Cluch Time del partido. En el 45’ el marcador reflejaba un 26-28 para España y a partir de ese momento, en esos minutos finales, encajó un parcial en contra de 3-7. El escaso tiempo de juego restante reduce muchísimo la capacidad de reacción para enjugar la desventaja.
.- Poco control del juego de ataque.– Reitero nuevamente que, en mi opinión, también hemos jugado el mejor partido en ataque, pero no por ello debemos obviar que nuestro ataque posicional durante muchos momentos fue deslavazado, excesivamente individualizado en acciones de 1×1 directas, sin tan siquiera la mínima ventaja que otorga una buena acción previa de fijación de un compañero. No es necesario que esa ventaja se consiga con la ejecución de procedimientos tácticos complejos en los que intervengan muchos jugadores. Con un buen juego de 2×2 entre compañeros de la misma o distinta línea puede ser suficiente para conseguir ese objetivo.
El juego en proximidad que tan bien domina Magdeburgo es claro ejemplo de que acciones tácticamente simples, correctamente ejecutadas en cuanto a calidad y momento de pase suelen aumentar exponencialmente el porcentaje de finalización.
Incidiendo un poco más en este tema, creo que un equipo debe ser consciente del momento de juego y resultado por el que discurre un partido. Creo que, sin caer en la especulación, el ritmo y la forma de juego no puede ser el mismo en situaciones de superioridad que en inferioridad; que no se puede jugar igual con el marcador a favor o en contra, sobre todo en los minutos finales….
En mi opinión es básico tener un jugador que sea capaz de percibir esas situaciones y transmitir a sus compañeros la “forma” de juego idónea para cada momento.
.- Creo que tambien fue nuestro mejor partido en defensa, se apreciaron momentos de inocente endeblez y falta de contundencia tanto en las acciones defensivas directas como en las ayudas del compañero colindante, tambien ejecutadas sin solidez y firmeza.
Si han estado acertados nuestros sistemas defensivos en el trabajo de disuasión y recuperación de balón. Hasta 12 pérdidas de balón de los alemanes fueron provocadas por la sensacional presión a la línea de pase de nuestros defensores.
.- Y por último y a veces no menos importante, creo que en el partido hubo un desequilibrio importante en el “nivel de suerte” de cada equipo. Hoy los alemanes jugaron durante muchas acciones con una “flor en el culo”.
Jugando con estas prestaciones, creo que el partido del domingo con Croacia caerá de nuestro lado.