Noel Barberá | @NoelBarbera
Paradigma defensivo. Expert de leyenda. El que en su día fue el tipo duro de la Liga, hoy se encarga de poner en marcha, desde Ciudad Real, el engranaje de una selección francesa que no quiere dejar de hacer historia. Los que hasta hace un año eran compañeros, ahora son pupilos; quienes estudiaban superarle, hoy comparten junto a Dinart área técnica.
Esta es la nueva vida de ‘La Roca’ y su regreso de Oro al 40×20. Instalado en España tras vivir casi una década deportiva entre BM Ciudad Real y BM Atlético de Madrid, ¿cómo es el día a día de Didier Dinart en la ciudad manchega?
La mayor parte del tiempo estoy delante del ordenador porque tengo que gestionar a diario diferentes temas con los entrenadores de la Federación de Francia. También aprovecho el tiempo que tengo con mi hijo, algo que no podía hacer de jugador y, además, estoy preparando una línea de ropa deportiva que sacaré en marzo y para la cual he grabado un spot en el Quijote Arena.
¿Qué recuerdos le vienen a la cabeza cuando vuelve a pisar el parquet de la que durante ocho años fue su casa?
Me da mucha pena. Todavía siguen expuestas las fotos de los jugadores, como si se tratara de un museo. Es como si fuese un sueño, como si tarde o temprano todos tuviéramos la oportunidad de volver a jugar en él. Allí vivió los años más exitosos de su carrera… Por supuesto, han sido mis mejores años de balonmano. Gané tres Champions con el BM Ciudad Real en la que fue, sin duda, la mejor etapa de mi carrera deportiva. Conviví con grandísimos jugadores y dos enormes entrenadores como lo eran Talant y Raúl. No podemos olvidarnos de este último, es muy muy bueno. Lo que viví aquí es algo inmejorable, soy consciente de que he sido un privilegiado.
Didier Dinart siempre fue conocido como el chico duro de la Liga pero, ¿cómo es ‘La Roca’ en las distancias cortas?
Pacífico. Soy muy tranquilo.Contrasta con lo que veíamos en la pista… Es cierto. No tengo ningún problema con nadie, ahora me voy a tomar cervezas con gran parte de los jugadores a los que me he enfrentado y algunos de ellos me dicen que les he pegado mucho (risas). Nos reímos porque todo se acaba y lo que pasa en el campo se queda en el campo. Esa contundencia le llevó a ser galardonado como el ‘Mejor Defensor de los últimos 20 años’, aunque son muchos los que aseguran que nunca vieron a ningún defensor como Dinart.
¿Cree que es un reconocimiento merecido?
Lo que me extrañó de este premio es que nunca me han elegido como Mejor Defensor de una gran competición internacional, Europeo o Mundial. Siempre he pensado que fue por temas políticos y de marcas deportivas. Es irónico que después me nombren el mejor de las últimas dos décadas. Hay algo en todo esto que no cuadra. Usted disfrutó de la Liga Asobal cuando su eslogan era el de ‘La Mejor Liga del Mundo’.
¿Qué ha pasado para que en apenas tres años todo se haya ido al traste?
La Liga española es el fiel reflejo de lo que pasa económicamente a nivel internacional.
La crisis toca a todo el mundo, tocó al BM Ciudad Real y está tocando al resto de equipos, quizás, salvo al FC Barcelona. En el nombre reside la razón: ‘Fútbol Club’ y no ‘Balonmano Barcelona’. Se tiende a culpar a la crisis económica, pero si Francia y Alemania, pese a vivir esta misma situación, se consolidan como ligas profesionales, ¿qué estamos haciendo mal en España?
En Francia y Alemania está todo muy controlado. En la Liga española tienes presupuestos en los que se enmascaran cosas, por el contrario, en Francia cada dos meses te revisan esos presupuestos y vigilan que todos los jugadores reciban religiosamente su salario. El ‘dinero B’ no existe en Francia y en España hay mucho. Esa es la faena, porque los jugadores aceptan cobrar ese dinero, crees que el club te va a seguir pagando, te promete, te da un poco… y en un momento dado crees que vas a cobrarlo todo, pero nunca acabas haciéndolo. Es un dinero que nunca podrás reclamar. Esto es impensable en Francia y Alemania, si a un jugador le ofrecen ‘dinero B’ se extrañaría y rechazaría la oferta. Pese a la situación actual de nuestra Liga, el Barça sigue ampliando su nómina de estrellas.
¿Ha hablado con Sorhaindo y Karabatic recientemente?
Claro, están muy contentos, no tienen ni una sola queja. Son jugadores que están en plena forma y disfrutando de lo que tienen: un proyecto a la altura de lo que se espera como jugador. Se les ve disfrutando en el campo que es de lo que se trata.
¿Qué jugador admira en la actualidad?
Me gusta mucho Nikola Karabatic, es un jugador sorprendente. Me pasa como cuando jugué con Bertrand Gille en el Mundial que ganamos en 2011. Era un animal, jugaba 60 minutos de ataque y defensa con una intensidad física impresionante. Es lo que he visto de Nikola en este Europeo, ha jugado una hora en casi todos los partidos con gran calidad. No hay muchos jugadores que sean capaces de hacerlo, por ello, algunos como Karabatic son excepcionales, de una raza única. En este Europeo le hemos visto como mano derecha de Claude Onesta, e incluso tomando voz en los tiempos muertos.
¿Cuál es su función en la selección gala?
Formo parte de la dirección técnica nacional de Francia.
¿Cómo alterna sus órdenes con las de Onesta?
Claude lo dice claramente, en la parte técnica no hace nada, él está sólo para gestionar el equipo. Yo me encargo de la técnica defensiva. En ataque, al tratarse de estrellas, se mueven por afinidad, aunque haya cosas que siempre hay que repasar en vídeo. Es el caso de Nikola, en este Europeo cogió el papel de líder en ataque, Claude le otorgó ese rol y todos hicimos por acompañarle para que pudiera ejecutarlo sin mayor problema. Su estreno en los banquillos no pudo ser más exitoso, imagino que detrás habrá un trabajo importante… Me acostaba a las cuatro de la mañana visualizando partidos para poderles dar el trabajo hecho. Hay que ver mucho balonmano y todo se condensaba mientras ellos recuperaban. Desde el primer partido ante Rusia nos centramos en ganarlo todo para así empezar el campeonato con confianza.
A pesar de tenerlo todo tan estudiado, ¿esperaba recuperar el cetro europeo con esa contundencia en la final?
La ventaja que nos proponía Dinamarca es que los nórdicos siempre juegan de la misma forma. Fue más difícil preparar el partido de España que el de los daneses, porque los de Manolo Cadenas practican un juego atípico que va por sectores y en cada uno de ellos hacen algo distinto. Los nórdicos practican un balonmano muy estructurado, si les sacas de su ‘rutina’ se desestabilizan. A nosotros nos vino genial, porque hicieron exactamente lo que pensábamos que iban a hacer.
Se le ve con las ideas claras, ¿apuntamos su nombre como futuro seleccionador francés?
De momento me centro en mi trabajo, veremos lo que el futuro tiene reservado para mí. Nunca hay que decir que no, pero cada cosa lleva su tiempo. No hay que precipitarse. Ha pasado muchos años bajo la dirección de Talant, Onesta…
¿A quién toma como referencia en los banquillos?
A Dujshebaev. Me gustaría parecerme a él porque es una persona que me ha dado mucho. A nivel de club ha demostrado que es el mejor. A día de hoy nos llevamos genial, en estos seis meses que no ha entrenado he ido varias veces a cenar a su casa, somos buenos amigos.
¿Dónde deberemos ir cuando queramos buscar a Dinart en el futuro?
Ya estoy en mi futuro. Trabajo a diario con la Federación para seguir mejorando. Como comentaba anteriormente, la marca de ropa es algo paralelo que también me ocupa mucho tiempo. En marzo lanzaremos la página y seguro que oiréis hablar de ella, muchos y buenos amigos del deporte participarán en el spot. Ese es mi futuro.