Víctor García ‘Pillo’ | @VictorG_Pillo
La segunda semifinal Dinamarca-Alemania, siempre a priori, parecía tener un claro ganador.
En mi opinión junto con Francia, Dinamarca es el mejor equipo del campeonato. La cantidad y calidad de buenos jugadores que tienen ambas selecciones les otorga cada vez más ventaja a medida que se van acumulando partidos.
Excepto su partido con Suecia, que ganaron con apreturas 28-27 y la intranscendente derrota con Eslovenia en la última jornada de la MRII, Dinamarca ganó sus partidos con una suficiencia y un poderío propio del que se siente seguro de superioridad.
Por su parte, Alemania creo que con la clasificación para semifinales vio cumplidos sus objetivos. Es un equipo en construcción, con algunas ausencias notables por renuncia y mucha gente joven, con talento y títulos en categorías inferiores, pero; todavía con poco bagaje en torneos de este nivel.
El equipo parece más bien diseñado de cara al futuro. Con 3 años más de experiencia, este grupo de jugadores puede llegar en plenitud deportiva a “su” próximo mundial, en 2027.
Curiosamente en esta semifinal se enfrentaban las 2 mejores porterías del campeonato: 36% los daneses (32% Landin y un espectacular 39% de Nielsen) y 34% de Alemania (28% Spath y 36% Wolff).
En las demás estadísticas previas, tambien eran superiores los daneses.
.- Eficacia lanzamiento 221/315, 70% para Dinamarca, 198/237 59% Alemania.
.- Pérdidas de balón 62 Alemania; 49 Dinamarca.
.- Goles contraataque 24-22 tambien para los nórdicos.
En fin, que solo un mal partido de los daneses podría dar una oportunidad de victoria a los locales.
El ambiente del Lanxess fue el octavo jugador de Alemania.
Asi es más fácil competir. Lo cierto es que la 1ª parte fue de dominio alemán básicamente por la, otra vez, fantástica actuación de Andy Wolff (43% llevaba en el minuto 23) y por una buena y a veces excesivamente dura (permisividad arbitral) defensa 6:0 con 2 jóvenes Heynmann y Köster ocupando la zona central.
Reitero que sus intervenciones iniciales debieron ser sancionadas, en aras de evitar lo que finalmente ocurrió: el nivel de dureza defensiva de los alemanes se mantuvo durante todo el partido y con solo 3 exclusiones por 4 de los daneses.
Los daneses “protegían” en defensa a sus 2 estrellas, ubicando a Gidsel en el exterior defensivo ocupando el segundo defensor al extremo Kirkelokke; y Pytlick deja su puesto en defensa al gigantón Hald.
Mathias Gidsel, hasta ahora mejor jugador de ataque con un porcentaje de lanzamiento del 84% 42/50, finalizaba la 1ª parte con un notablemente inferior del 50% 3 de 6.
Landin no estaba a la misma altura que Wolff y los goles Dahmke, Uscins y Knorr llevaban al descanso el marcador favorable para Alemania 14-12.
Como revulsivo de un marcador que le resultaba desfavorable Nikolaj Jacobsen tomo 2 decisiones que fueron determinantes para la victoria
.- Dio entrada a Emil Nielsen en portería. Su actuación consiguió cambiar el panorama y el tempo del partido; con 8/19 y un 42% de paradas, dio tal impulso a su equipo que al minuto 36 tras un parcial de 1-4, se ponía por primera vez por delante en el marcador 15-16.
.- La otra circunstancia que determino la superioridad del ataque danés sobre la, hasta ese momento férreo 6:0 alemán, fue la utilización del juego 7×6. Con un excelso Mikel Hansen, el mejor jugador del mundo en esa opcion táctica.
Su toma de decisión y ejecución de esa decisión es sublime, con 3-4 apoyos, incluso reiterados con el mismo compañero de 1ª línea; fue capaz de ver líneas de pase para cualquier de los extremos (2 goles M.Landin y 3 Kirkelokke), para cualquiera de los 2 pivotes (4 goles de Hald en este 2º tiempo).
En última instancia si no se abrían esas líneas de pase descerrajaba un lanzamiento en apoyo entrelineas casi siempre con resultado positivo (5 goles de 6 lanzamientos; 4 de ellos en este 2º tiempo).
Los alemanes fueron perdiendo fuelle y poco a poco la diferencia se fue incrementando llegando hasta los 5 goles en el minuto 53.
Los alemanes nunca le perdieron la cara al partido, pero sus ya limitados argumentos no eran suficientes para superar a un autentica máquina de jugar balonmano, máximo candidato para hacerse con el oro.