En el verano de 2012, después de dos temporadas cayendo en el Last16 de la EHF Champions League, el Veszprém decidió iniciar un ambicioso proyecto con el fin de volver a ser un grande de Europa. Para ello depositó su confianza en Antonio Carlos Ortega y le arrebató al FC Barcelona a una estrella como László Nagy.
Así, el conjunto húngaro ponía en marcha un proyecto deportivo con el que tutear a equipos como THW Kiel o FC Barcelona. En las anteriores temporadas, a pesar de contar con jugadores talentosos como Mirko Alilovic, Marko Vujin o Gábor Császár, el Veszprém no había estado entre los 8 mejores de Europa y necesitaba un giro radical para volver a luchar por el máximo título continental.
A lo largo de su historia, el Veszprém había alcanzado la final del EHF Champions League en una ocasión. Había sido en 2002, cuando el conjunto húngaro consiguió su mejor puesto en la máxima competición continental al perder la final ante el SC Magdeburg. Una década después, quería volver a la gran final pero esta vez con la intención de que el título acabase en Hungría. Antonio Carlos Ortega era el hombre para conseguirlo.
En la primera temporada, el técnico andaluz no falló. En Hungría, el Veszprém volvió a ganarlo todo y en la EHF Champions League dio un paso más. Alcanzó los cuartos de final y estuvo a punto de dejar fuera a un THW Kiel que no se podía permitir quedarse fuera de la Final4.
Más allá de los resultados, lo más importante que había conseguido la pareja formada por Antonio Carlos Ortega y Xavi Sabaté, fue dotar al Veszprém de un estilo de juego propio que funcionase en Europa. Es decir, se habían sentado las bases necesarias para triunfar en las siguientes temporadas.
Así llegaron la segunda y la tercera campaña del malagueño al frente del Veszprém, en las que los húngaros dieron un paso más. En la segunda, el conjunto magiar debutó en una Final4 tras una temporada en la que desplegó un juego sensacional. En 2014 volvió a ser el THW Kiel el que les dejó sin final, algo que no ocurriría un año más tarde, cuando tras derrotar al conjunto alemán, el Veszprém de Antonio Carlos Ortega se plantó en una final en la que poco pudieron hacer ante un magnífico FC Barcelona.
En estas temporadas, más allá de la EHF Champions League, el Veszprém lo ganó todo. Incluyendo la SEHA League de la pasada temporada, una competición en la que se tiene que ver las caras con equipos tan competitivos como el HC PPD Zagreb o el HC Vardar.
A través de un juego que entusiasmaba a su afición y que sin duda daba resultados, comenzó la temporada 2015/2016, la prueba de fuego para Antonio Carlos Ortega. La llegada de Ivan Sliskovic, que le da una mayor profundidad al banquillo, y, sobre todo, la de Aron Palmarsson, les situaban como favoritos a ganar la EHF Champions League. Fácil no lo tendría el MVM Veszprém, pues en la Europa actual son muchos equipos los que quieren y están capacitados para plantarse en la Final4 de Köln. Y ya sabemos que una vez llegamos a la ciudad alemana todo puede pasar. Si un equipo llegó hasta allí algo tiene que tener y en 60 minutos puede ocurrir de todo.
La temporada comenzó en Hungria con una nueva victoria en la Supercopa, para posteriormente ir hasta Qatar. El subcampeonato en la EHF Champions League les dio la posibilidad de disputar la Super Globe 2015. En Doha, el Veszprém no estuvo bien, normal a estas alturas de la temporada, y fue superado en la prórroga de la final por un Füchse Berlín mucho más rodado y que contó con un Petr Štochl pletórico (terminó el torneo con un 40%).
Tras esta desilusión comenzó la EHF Champions League y el MVM Veszprém debía debutar en Plock, una pista donde tras la llegada de Manolo Cadenas solo han ganado KIF Kolding y KS Vive Tauron Kielce (en Polonia perdieron FC Barcelona, SG Flensburg-Handewitt y HC Vardar entre otros).
Ante el Orlen Wisla Plock, el MVM Veszprém volvió a no mostrar su mejor cara pero ¿qué equipo está al 100% en septiembre cuando el objetivo es llegar en la mejor forma a los meses de abril y mayo? A pesar de que los húngaros no estuvieron al nivel mostrado en anteriores temporadas, su actuación les sirvió para llevar el partido controlado hasta los últimos minutos, cuándo el arreón final de los de Cadenas les llevó hasta el empate.
Tras este comienzo titubeante, si se puede calificar de esta manera, el conjunto húngaro ha decidido prescindir de los servicios de Antonio Carlos Ortega para tirar por la borda el proyecto construido en tres temporadas. Desconocemos los pensamientos de los mandatarios del Veszprém pero desde fuera resulta evidente que el trabajo del técnico español estaba siendo bueno. Ahí están los resultados a final de cada temporada y el juego tan atractivo que desplegaba su equipo.
La exigencia obsesiva que muchas veces se critica en el mundo del fútbol ha llegado al club húngaro, que en un sinsentido, pretende que su equipo lo gane todo desde el primer día al último. ¿Acaso el FC Barcelona tras perder en semifinales de la Super Globe y en la Final4 ya no opta a ganar todos los títulos que está por jugar? ¿Habría que empezar a dudar ya de Pasqui?
Así, el Veszprém, tras dos malos resultados en el mes de septiembre, ha decidido prescindir del entrenador que les ha llevado a su primera Final4 y que les ha permitido disputar la segunda final de Champions League de su historia.
De esta manera, el subcampeón de Europa se queda sin entrenador y sin la cabeza visible del proyecto cuando estamos inmersos en plena competición. Y justo en la temporada en la que la fase de grupos de la EHF Champions League es más exigente que nunca. Ahora, deberá buscar un entrenador que le pueda dar continuidad al proyecto (difícil) u optar por un técnico que comience a trabajar de 0 y que pretenda dotar al MVM Veszprém de un estilo de juego distinto al que ya tenía perfectamente asimilado ¿Lo habrán pensado bien?
Edu Agulló | @Eduagullo