“Vamos, vamos. Vamos mi Pucela. Yo te llevo dentro de mi corazón.” Así rugió durante muchos años Huerta del Rey y así es como rugirá la Liga BAUHAUS ASOBAL a partir de la próxima temporada. Pucela es balonmano y el corazón del balonmano español vuelve a latir con fuerza ahora que regresa uno de los equipos que más le vida le ha dado, en algunas ocasiones generándonos taquicardias y en otras dejándonos sin respiración y con el corazón en un puño.

Todos nos hundimos cuando Parrondo falló aquel 7 metros que valía una final de la Champions League. Todos vibramos con aquella Copa ASOBAL de 2003 que ganó en Pucela. Todos sentimos como propia aquella Copa del Rey de 2005 que Valladolid levantó en Pontevedra tras derrotar al Ciudad Real en semifinales y al FC Barcelona en la final. Todos respiramos aliviados cuando Europa le devolvió en forma de Recopa parte de lo que le había arrebatado en aquella Champions de 2007.

Valladolid siempre ha sido y será parte importante del balonmano español. Y por eso todos tomamos como una gran noticia la vuelta de esta ciudad a la Liga ASOBAL. El cuerpo no es el mismo, pues por el camino se quedó aquel BM Valladolid para mutarse en el actual Atlético Valladolid, pero el corazón sí que es el mismo, el de las miles de almas que desde las gradas de Huerta del Rey empujaron al equipo de Nacho González hacia el ansiado ascenso.

Con una deuda millonario el balonmano se fue apagando en Valladolid desde el año 2010. Poco a poco se fueron dejando atrás las épocas gloriosas en Pucela y el corazón latía cada vez con menos fuerza hasta que en 2014 se culminó la decadencia del BM Valladolid con el descenso, el primero de su historia, y una semanas después con la desaparición del club tras 40 años de vida.

Valladolid no se podía quedar sin balonmano y se decidió transplantar el corazón de la afición pucelana a otro cuerpo, el del Atlético Valladolid, que tras dos temporadas en la División de Honor Plata devuelve a su ciudad a la máxima categoría del balonmano español. En aquel verano de 2014 el Pozoblanco vendió su plaza en la categoría de plata al recién creado Atlético de Valladolid y aquí comenzó una historia que hoy ha devuelto a la ASOBAL parte de su historia más gloriosa.

En la primera parte rozó el ascenso con los dedos. Perdió la final de la fase de ascenso ante un Gofit Sinfín que solo se puso por delante en la tanda de 7 metros pero el futuro le tenía guardada una temporada de sobresaliente en la que el Atlético Valladolid ha sumado nada más y nada menos que 55 puntos en 29 jornadas para culminar con un ascenso una temporada histórica.

El proyecto parece avanzar con tino y tranquilidad para cimentar con pies de plomo las bases de un club que quiere conseguir que Pucela nunca deje de latir, pues saben que el balonmano les necesita y las alegrías que están por llegar para el conjunto vallisoletano serán sonrisas para todos los que de verdad quieren este deporte.

Edu Agulló | @Eduagullo