Bailar con la misma pareja dos veces en un período corto de tiempo puede no ser buena idea. Por muy bien que haya salido el primer baile, esto no garantiza que el segundo vaya a ser igual, por mucho que uno piense que tiene los pasos dominados y por mucho que uno crea que conoce a la perfección a la pareja que tiene enfrente.
Algo así le pasó a España en el Europeo de Polonia 2016, donde le salió muy bien el primer baile con Alemania pero que tropezó y cayó al suelo en la segunda cita. Esto que le pasó a los ‘Hispanos‘ puede parecer algo poco frecuente, pero más bien es lo contrario, es lo habitual.
A muchos se le vendrá a la cabeza el Mundial de Túnez 2005, en el que España le ganó la final a Croacia después de que en la primera fase fuese la selección balcánica la que se llevase el triunfo. O el Europeo de Suiza 2006, torneo en el que España le ganó a Francia en la fase de grupos para luego perder la final contra la selección gala.
En torneos cortos como Mundiales, Europeos y Juegos Olímpicos no es muy frecuente que dos equipos se crucen dos veces en el mismo torneo pero cuando ocurre hay una cosa clara, es complicado que una selección gane los dos partidos. De hecho, mayoriamente no se repite el resultado en los dos partidos.
Con los datos en la mano de todos los Mundiales, Europeos y Juegos Olímpicos de la historia podemos ver cómo en el 55% de las ocasiones el equipo que perdió el primer partido gana el segundo, dato que aumenta considerablemente si ese segundo partido es la final del torneo, en este caso el 70% de las ocasiones el oro es para el equipo que perdió el primer partido.
Especialmente claro es el dato cuando se refiere a los Mundiales, pues a lo largo de la historia dos equipos se han cruzado en el camino hacia el oro dos veces en el mismo torneo en hasta 8 ocasiones, teniendo el mismo resultado en los dos partidos tan solo en 2 de ellas (1967 y 2009). E incluso si filtramos el dato a aquellas ocasiones en las que el segundo partido se trataba de la final en 4 de las 5 veces que ha pasado esto el oro ha sido para el perdedor del primer partido.
Pero, ¿por qué ocurre esto? Tenemos nuestras propias hipotésis, como la dificultad que puede tener para un equipo preparar un partido en función de lo que cree que hará el rival para solventar los problemas del encuentro anterior, pero para dar respuesta hasta curioso dato hemos hablado con uno de los mejores entrenadores del mundo. Y este no podía ser otro que Juan Carlos Pastor, actualmente entrenador del MOL-Pick Szeged y que ocupaba el banquillo de la selección española durante aquel Mundial de 2005 y aquel Europeo de 2006.
“En este tipo de partidos, como la final del pasado domingo, hay dos aspectos con mayor capacidad de influir en el resultado. Por un lado está el cansancio físico y por otro lado el estudio del vídeo del anterior encuentro. Siendo especialmente importante el estado físico en el que llega cada equipo al último partido. Por ejemplo, en el Europeo de 2006 la clave de nuestra derrota ante Francia estuvo en el cansancio físico, la carga de partidos nos dejó muy tocados y jugamos la semifinal muy tarde”, cuenta el técnico vallisoletano, que cree que ante la selección alemana que se acaba de proclamar campeona de Europa España le ganaría 7 de 10 partidos.
Otro aspecto a tener muy en cuenta para entender con claridad lo difícil que es ganar dos veces al mismo equipo en un torneo corto es “la igualdad que hay entre los equipos”. “Si en un partido hay un 50% de posibilidades de gane un equipo u otro, cuando se vuelven a enfrentar en ese mismo torneo las posibilidades de que no se repita el mismo resultado son muy altas”, afirma Pastor.
Una de las claves para entender lo que pasó el pasado domingo está en la ansiedad tal y como nos indica Pastor y esto puede ser habitual en este tipo de partidos a los que le preceden una victoria. «Cuando llegas como favorito después de ganar el primer partido y empiezas por detrás en el marcador aparece la ansiedad y eso es muy peligroso. La ansiedad te lleva a la precipitación y te acaba generando inseguridad.»
Con todo esto, ya sabéis, el segundo baile no tiene porqué seguir los mismos derroteros que aquella primera cita de ensueño. Si podéis, aunque tus recuerdos sean inmejorables, mejor buscar otra pareja con la que bailar.
Edu Agulló | @Eduagullo