Un oro mundial, dos Champions League, tres Ligas Asobal y cuatro Copas del Rey son varios de los muchos títulos que ya tiene en su poder este palentino que en el próximo mes de enero cumplirá 35 años. Chema Rodríguez creció bajo en el nido del Valladolid, una de las grandes canteras del balonmano español, y desde muy joven se hizo un hueco en la elite del balonmano español revolucionando la manera de jugar. Él es un central por definición, fijador, fintador y amo y señor del ataque de cualquier equipo. Su traspaso al Ciudad Real, que le llegó con 27 años, fue el más caro de la historia hasta aquel momento y hoy, más de 7 años después, sigue siendo uno de los centrales referencia del balonmano mundial.
Antes de comenzar la entrevista creo que es de rigor darle la enhorabuena por este comienzo de temporada. Tanto a título colectivo como a título personal, porque está siendo sin duda uno de los mejores centrales del mundo.
Muchas gracias. La verdad es que estoy viviendo una segunda joventud (se ríe)
Esta es su tercera temporada en el Veszprém, ¿cómo se encuentra en Hungría?
La experiencia es muy positiva. Al principio vienes con un poco de miedo. De los que vinimos el primer año Laszlo (Nagy) venía a su casa pero Cristian (Ugalde) y yo éramos de los primeros que salíamos hacia un lugar un poco raro por decirlo así. Hace unos años nadie pensaba que jugadores españoles iban a marcharse a países como Hungría, Polonia, Rumanía… Cuando vienes a un sitio así llegas con un poco de respeto pero todo ha salido muy bien.
El próximo verano acaba su contrato con el MKB-MVM Veszprém al igual que pasaba con Antonio Carlos Ortega, que renovó hace unos días hasta 2017. ¿Su futuro tomará la misma dirección que el de su entrenador?
No lo tengo claro. En Veszprém quieren renovarme y además tengo alguna otra oferta. Con tiempo miraré las opciones que tengo y tomaré una decisión. Ya no tengo una edad como para estar tanto tiempo fuera de casa.
Entonces, ¿en sus planes de futuro está la posibilidad de volver a la Liga Asobal?
Sí, lo que pasa es que allí las cosas están complicadas ahora mismo. En Barcelona es imposible, tienen a dos de los mejores centrales del mundo. Por la familia me gustaría volver a España. Tengo dos niños pequeños y me gustaría volver a mi pais pero ya veremos las ofertas que hay.
En una entrevista que le hicimos hace unos meses a Antonio Carlos Ortega decía que usted era vital en el juego del Veszprém, que tener un jugador que plasma en el campo las ideas que él quiere transmitir es un privilegio. ¿Es consciente de la importancia que tiene en el equipo?
La importancia que uno tiene dentro de un equipo siempre depende de la que te dé el entrenador. La verdad es que Carlos y yo tenemos muy buena sincronía tanto personal como deportiva.Vemos el balonmano de la misma manera. Él tiene muy claro lo que yo le puedo dar y sabe lo que me puede exigir.
En su primera temporada en Veszprém quedaron eliminados en cuartos de final de la EHF Champions League a manos del THW Kiel y la pasada temporada también perdieron ante ellos en las semifinales. ¿Este año ya toca el asalto al título?
Bueno, ahora mismo el objetivo es llegar a la Final4. Cada vez está más caro clasificarse. Ganar la Champions es un objetivo pero somos conscientes de que es muy complicado. Ahora mismo hay dos equipos que están un poco por encima del resto, que son THW Kiel y FC Barcelona, y después estamos una serie de 5-6 equipos que podemos hacerles frente y que lucharemos por meternos en la Final4.
Hablando de la Final4. Usted que tiene ya experiencia en estas lindes, ¿cómo se lleva eso de jugar en Colonia?
Los que hemos jugado muchas veces en Alemania sabemos cómo va aquello. Jugar la Final4 siempre en Alemania beneficia a los equipos alemanes. No por temas arbitrales ni nada, si no porque hay una realidad y es que el pabellón está prácticamente lleno de alemanes. Para el Kiel jugar en Colonia es como jugar en casa. Cuando lo equipos están tan igualados está claro que los equipos que juegan en casa tienen más posibilidades de ganar. De las cinco Final4 solo en una ocasión ganó un equipo que no fuera alemán, creo que con eso se dice todo. De todos modos los equipos alemanes son muy fuertes y todos los que han ganado en los últimos años lo han hecho con justicia.
¿Sería partidario de que la Final4 cambiará de sede?
Sí, creo que lo mejor sería ir moviéndola. Es cierto que el reclamo que hay en Alemania es impresionante y llenar un pabellón como se llena en Colonia es complicado. Pero creo que Paris o Hungría podrían acogerla. Lo ideal sería ir rotándola pero está claro que llenar el aforo como lo hacen en Alemania es difícil. Por una parte quieres una cosa pero por otra quieres otra.
Esta temporada es la primera en la que el Veszprém participa en la SEHA League? ¿Qué opinión le merece esta competición?
Los equipos son más competitivos. Es cierto que la liga húngara está subiendo de nivel pero aquí jugamos contra equipos como Metalurg, Vardar, Zagreb, Meshkov o Presov, lo que hace que los partidos sean mucho más competitivos, son equipos de nivel Champions. A final de temporada veremos si nos pesa el cansancio por jugar esta competición. Cuando estemos en los últimos meses valoraremos si esta competitividad es beneficiosa o no.
Y organizativamente desde fuera da la sensación de que todo está muy bien montado. ¿Hay mucho que aprender en España de la SEHA League?
El problema está en el dinero. Aquí hay un patrocinado que es Gazprom y con dinero todo es mucho más fácil. En toda esta zona hay mucha afición por el balonmano y vayas donde vayas siempre hay mucha gente, algo que se está perdiendo en España.
Antes me comentaba que se encontraba en una segunda juventud. ¿Hace unos años le resultaba impensable estar a este nivel con 34 años?
No, nunca lo piensas. Llevaba muchos años jugando en Ciudad Real y Atlético de Madrid y el desgaste era muy fuerte. Jugábamos Liga Asobal, Champions League y si lo compaginabas con la selección el machaque era continuo. Por suerte desde que he llegado a Veszprém me han respetado las lesiones, tengo muchísima confianza de mi entrenador y de mis compañeros y cuando uno está contento en un sitio se nota cuando juega.
Ahora nos hablaba del calendario. ¿Es demasiado exigente? ¿Se debería cambiar?
Sí, es importantísimo. Ahora la liga española no es tan competitiva como hace años pero en ligas como la alemana, la francesa o la nuestra te obliga a jugar muchos partidos de nivel, viajar continuamente y la verdad es que es una locura. Además, cuando tienes unos días de descanso hay partidos de selecciones en donde hay que competir a un muy alto nivel y al final es una auténtica barbaridad. El otro día decía Vranjes que sus jugadores estaban cansados y es la realidad. Jugadores que jueguen 60 minutos en una competición complicada como la Bundesliga es difícil que puedan estar al 100% cuando llega la Champions. Cuando quieres que tu deporte sea muy bonito, que sea muy espectacular no puedes permitir que tus jugadores estén tan cansados.
De hecho son cada vez más los jugadores que se retiran de la selección siendo jóvenes. Como es el caso de Kim Ekdhal du Rietz.
Claro. Hay que pensar que la mayoría de la gente en sus selecciones no cobra dinero o cobra muy poco. El sustento económico te llega de tus clubes. Y si en un momento dado ves que puedes alargar tu vida deportiva sin ir a la selección lo haces porque para gente que juega en la Bundesliga es casi imposible seguir ese ritmo.
Ahora que sale el tema de la selección. ¿Antes de la última llamada de Manolo Cadenas ya daba por cerrado su ciclo en la selección?
Uno siempre es un jugador seleccionable y lo intenta hacer lo mejor en su club para ser llamado por la selección. Yo ya llevaba año y medio sin entrar en convocatorias y un poco me iba haciendo a la idea de que esa etapa se había acabado. Sobre todo porque, por suerte, en España tenemos un grupo de centrales increíble. Cañellas, Raúl Entrerríos, Niko Mindegia, Dani Sarmiento, Carlos Ruesga… Todos son referencias mundiales en su posición.
Y ahora que ha recibido la llamada de Manolo Cadenas, ¿sueña con estar en Qatar?
Me gustaría mucho que Manolo confiara en mi. Le tengo que agradecer mucho que pensara en mi para la anterior concentración y si tengo la oportunidad de ir a Qatar me encantaría. Creo que a todo jugador le encanta ir con su selección, defender a su país y disfrutar de esos campeonatos. Porque jugar un Mundial o un Europeo es lo máximo.
Echando la vista atrás, cuando Ciudad Real le ficha paga por su traspaso unos 800.000 euros y se convierte en el mayor traspaso de la historia. Después de todos estos años, ¿qué piensa sobre el dinero que se pagó por su fichaje?
Pienso lo mismo que pensaba en aquel momento. Había una bonanza que ahora mismo no hay pero era una locura pagar ese dinero por mi, por Rutenka, por Karabatic… Fue bueno para todos los jugadores porque se subieron los salarios pero sí que es verdad que en aquella época se hicieron gastos demasiado grandes. En aquel momento estaba muy contento por el fichaje, era un cambio muy importante, y le estoy agradecido a Domingo Díaz de Mera que fue, junto a Talant y a Raúl, el que apostó por mi. Aunque había bastante más dinero que ahora, creo que para ser balonmano era demasiado dinero para un traspaso.
A lo largo de su carrera ha coincidido con entradores de la talla de Juan Carlos Pastor, Talant Dujshebaev o Antonio Carlos Ortega. ¿Se queda con alguno?
Bueno, me quedo un poco con todos. He tenido la suerte de tener siempre entrenadores españoles y he aprendido mucho de todos ellos. En mi primera época con Pastor, Jota y Raúl me enseñaron todo lo que sé. Me enseñaron tanto como jugador como como persona y luego con Talant, con Carlos y con Valero Rivera en la selección he mejorado. Solo tengo buenas palabras para todos pero quizás los que más me han marcado fueron Pastor, Raúl y Jota, que me formaron como jugador.
En un futuro, ¿veremos a Chema Rodríguez en los banquillos?
Me gusta mucho el balonmano y me gustaría seguir ligado a él de alguna manera. También es verdad que seguir como entrenador es seguir con la misma vida que de jugador, con la misma rutina y eso no me apetecería mucho. Me gustaría entrenar a niños.
¿Que ha cambiado del Chema Rodríguez que comenzaba a despuntar en el Valladolid?
Sobre todo ha cambiado la edad (se ríe). Creo que muchas cosas. Ahora vivo los partidos de una manera diferente, soy más experiementado y tengo más claro cómo va todo. En todos estos años he madurado mucho como jugador y como persona. En mi vida he tenido la suerte de poder jugar a este deporte que para mi es maravilloso y que me encanta. He ido madurando con el balonmano.
En estos años en los que lo ha ganado prácticamente todo, ¿se queda con algún momento o con algún título especial?
Por suerte me quedo con muchos momentos. Desde el primer título que gané con Valladolid, que fue la Copa Asobal de 2002, que fue algo impresionante para Valladolid, hasta la Champions que ganamos en Ciudad Real después de perder en Kiel de 5 e ir perdiendo de 4 en la segunda parte en el partido de vuelta. Y con la selección está claro que el Campeonato del Mundo de Túnez. Era el primer Mundial para Pastor y para mí y ganarlo fue algo extraordinario, para nosotros y para España. Otra cosa de la que me siento muy orgulloso es de haber salido de la lesión del tendón de aquiles de 2008. Los médicos me daban muy pocas expectativas de seguir jugando porque me había destrozado el tendón de aquilés, me había explotado y me decían que aunque me recuperase no iba a volver a estar al nivel al que estaba. Trabajé mucho y estoy muy orgulloso de haber recuperado el nivel.
¿En el momento de la lesión sufrió mucho?
Sin duda es mi peor mometo. Una lesión de este tipo nunca viene bien y aquel momento peor todavía. Estaba jugando muy bien y aquel año eran los Juegos de Pekín.
En todos estos años al más alto nivel ha podido compartir vestuario con grandes estrellas del balonmano. ¿Con cuál se queda?
Por suerte he podido jugar con grandes jugadores pero si me tengo que quedar con uno diría Ólafur Stefánsson. Es uno de los jugadores más increíbles que he visto. He jugado con jugadores espectaculares y es un poco injusto quedarme con uno pero creo que nunca volveremos a ver un jugador tan espectacular, tan elegante, tan especial como Ólafur.
Y para un jugador tan fintador y fijador como usted. ¿Quién es el mejor defensor con el que se ha enfrentado? ¿Didier Dinart?
Sí. Didier si no es el mejor defensor de todos los tiempos es de los mejores. No solo por ser muy contundente, si no porque era muy inteligente. Era un jugador que no siempre hacía lo mismo, te hacía dudar y era muy complicado no solo fintarte sino no quedarte colgado sin saber que hacer. También Magnus Jernemyr era un gran defensor.
Fruto del enfrentamiento con jugadores como Didier Dinart o Magnus Jernemyr supongo que el cuerpo de Chema Rodríguez estará repleto de señales de guerra, ¿no?
Sí. Pero bueno, al principio vas notando más los golpes. Con los años te vas curtiendo y los vas notando menos. Por mi forma de jugar recibo más que otros pero se lleva bien. Por suerte nuestro deporte es muy sano y los golpes casi siempre, por no decir siempre, son a buena fe.
Y para terminar, ¿qué consejo le daría los más jóvenes?
El mayor consejo que uno puede dar es que se diviertan jugando. A mi me gusta mucho el balonmano y me lo he pasado muy bien. Cuando uno se divierte es cuando mejor juega. Está claro que para llegar hay que trabajar mucho, hay que esforzarse mucho y aprender mucho de nuestros compañeros pero lo más importante es divertirte cada día.
Edu Agulló | @Eduagullo